Cada vez que se usa un antibiótico se consume una parte de su utilidad futura para tratar nuevas infecciones.
Deben tomarse en la dosis correcta y durante un periodo de tiempo apropiado con el fin de eliminar las bacterias de forma rápida y efectiva.
Hay que tener en cuenta:
➡️Seguir siempre las pautas de administración prescritas por el profesional sanitario de referencia: la dosis, la pauta y la duración.
➡️Nunca hay que interrumpir el tratamiento, aunque mejoren los síntomas.
➡️No hay que acumular restos de antibióticos en casa, y no hay que reutilizarlos posteriormente.
➡️Hay que llevar la medicación restante a la farmacia y depositarla en el punto SIGRE.
➡️Si durante el tratamiento aparece alguna reacción adversa (sensación de falta de aire, inflamación en la cara o cuello) hay que dirigirse al centro médico más próximo.
Los antibióticos no deben tomarse nunca por iniciativa sin la supervisión de un médico.
Conceptos a recordar:
☑️No automedicarse con antibióticos aunque se crea reconocer la enfermedad; los antibióticos siempre deben ser prescritos por un médico.
☑️Antes de empezar el tratamiento, hay que asegurarse de conocer cuántos días, cuál es la dosis y cuántas veces al día hay que tomarlo.
☑️Ante cualquier duda, falta de información o reacción no esperada asociada al tratamiento, debe consultarse al médico o al farmacéutico.