La actividad física es recomendable en personas con asma ya que va a producir una mejoría en la función cardiorespiratoria y pulmonar, no obstante, es importante llevar el control adecuado y seguir una serie de recomendaciones:
➡️Cumplir el tratamiento preventivo regular del asma pautado por su médico.
➡️La persona con asma debe estar sin síntomas antes de realizar ejercicio.
➡️Si ya en reposo muestra signos de dificultad respiratoria no debe iniciar la actividad física hasta no estar resueltos dichos síntomas.
➡️Llevar siempre consigo la medicación de rescate para aplicársela en el caso de aparecer señales de asma.
➡️Mejor practicar ejercicio en recintos cubiertos o en condiciones climáticas adecuadas (peor en días fríos, lluviosos, de viento, alta contaminación, polvorientos o con alta cantidad de pólenes).
➡️ Es recomendable hacer ejercicios de calentamiento y estiramiento. El precalentamiento adecuado produce en muchos asmáticos un efecto broncodilatador pasajero ayudando a la práctica del deporte.
Actividades que producen más síntomas de asma:
☑️Actividades con ventilación/minuto alta: carrera de resistencia, ciclismo, baloncesto, futbol, rugby.
☑️Actividades con aire frío y seco: patinaje y hockey sobre hielo, esquí nórdico.
☑️Todas aquellas actividades en exterior en época de polinización en el caso de que la persona tenga alergia a dicho polen.
Actividades que producen menos síntomas de asma:
☑️Actividades con ventilación/minuto baja: balonmano, tenis, juegos de raqueta, gimnasia, kárate, lucha, golf, béisbol, esquí alpino, ejercicios isométricos.
☑️Actividades con aire cálido y húmedo: natación, waterpolo, trampolín. Excepto en aquellas personas con alergia a hongos de la humedad que deben evitarlas.